Historias Naturales
Las termitas de humedad, o de la madera húmeda, son insectos de la familia Termopsidae que viven en árboles muertos y se alimentan del tejido de los troncos en descomposición. Estas termitas, que pertenecen al género Zootermopsis, no son las que se comen los muebles, ellas habitan en los bosques de América del norte y exhiben usos y costumbres bastante peculiares. Su excremento tiene diversas funciones y sus rituales de guerra minimizan el número de muertos y a veces hasta permiten la supervivencia del pueblo vencido.
Los adultos son alados y vuelan para aparearse por primera vez. Después de la cópula cada pareja busca un agujero en el tronco de un árbol muerto para fundar su reino. El rey y la reina se cortan las alas cuando entran por primera vez a su territorio, que en un principio consiste sólo de un túnel. Necesitan humedad, protección y privacidad, así que usan su excremento para sellar para siempre el agujero por el que entraron. La reina pone alrededor de 30 huevos, que tardan aproximadamente un mes en eclosionar y la pareja cría a su primer camada con sus propias reservas energéticas. Esto quiere decir que los reyes alimentan a sus hijos con líquidos nutritivos que regurgitan y con su propio excremento. Las termitas tienen una digestión tan lenta e ineficiente que sus heces todavía tienen una gran cantidad de sustancias nutritivas, así que pueden comerlas una y otra vez.
De la primer camada nacerán varios obreros y un solo soldado. Entre las termitas los obreros y soldados pueden ser hembras o machos, no hay una diferenciación del trabajo de acuerdo con el sexo. Entre ellas, la división del trabajo es de acuerdo a la casta, los reyes se reproducen, los obreros trabajan y los soldados se encargan de proteger a la colonia. Cada una de estas castas tiene una forma diferente que se acopla a su función. Los soldados, por ejemplo, presentan un cuerpo de mayor tamaño que el resto y cuentan con mandíbulas grandes y poderosas. Los obreros, por otro lado, se encargan de excavar, limpiar y alimentar a las crías, que tienen mandíbulas demasiado suaves como para alimentarse por sí mismas. También alimentan a los soldados, ya que sus mandíbulas son demasiado grandes para permitirles comer por sí solos, y a los reyes, que al parecer deciden no alimentarse.
Los reyes no excavan nuevas galerías para expandir su reino y ni siquiera se llevan a la boca su propio alimento. Durante el periodo de establecimiento de la colonia se alimentan el uno al otro y cuidan de su primer camada juntos, hasta que sus hijos son suficientemente grandes como para hacerse cargo de todo el trabajo. Las termitas, como el resto de los insectos, tienen crecimiento discreto. Como su cubierta exterior es dura, para crecer tienen que deshacerse de ella, así que crecen en intervalos, cambiando de exoesqueleto cada vez que incrementan su tamaño. Es por eso que la edad de los insectos se mide en estadios, que son los intervalos entre cada muda, y no en años. Las termitas del tercer estadio ya pueden comenzar a alimentarse solas. Cuando llegan al quinto estadio, que es el último, ya presentan su forma definitiva. La duración de cada estadio depende de la calidad del alimento y de la especie de termita. En algunos casos los huevos tardan alrededor de un año en completar su desarrollo y alcanzar el último estadio.
Aproximadamente cuatro meses después de poner los primeros huevos la colonia empieza a trabajar y establecerse. Los reyes vuelven a aparearse y a poner más huevos regularmente. Los depositan en una pila que las obreras limpian y acicalan. Los huevos muertos o de mala calidad son devorados. En el ambiente húmedo del interior del tronco es fácil que crezcan bacterias y hongos que pueden enfermar a la colonia, pero las termitas utilizan su excremento para protegerse de infecciones. Las heces de estos insectos son ácidas e impiden el crecimiento de patógenos y son utilizadas para enterrar tejidos o restos que pudieran ser un foco de infección.
Es común que los árboles muertos que colonizan las termitas tengan más de un agujero y por lo tanto sean invadidos por más de una pareja. Cuando esto sucede las colonias crecen y al principio no se encuentran, pero, conforme los obreros excavan nuevas galerías, los territorios se acercan poco a poco. Cuando dos colonias están muy cerca, separadas solamente por una delgada capa de madera, los obreros golpean esta barrera con sus cabezas. Las termitas saben que las colonias más grandes hacen más ruido y de ésta manera estiman el tamaño del adversario. Cuando una colonia es mucho más grande que la otra, la colonia chica trata de mantenerse fuera del alcance de la grande y deja de cavar en esa dirección. En caso de enfrentamiento, todos los miembros de la colonia chica son devorados.
En cambio, cuando las colonias son de tamaños equivalentes, los obreros siguen excavando hasta que los dos territorios se juntan. Es entonces cuando una pareja de reyes cruza la frontera y se enfrenta a la otra. Las reinas y los reyes se enganchan en cruenta batalla, pero sin atacar a los del sexo opuesto. Es una pelea a muerte y los obreros y soldados se congregan para observarla. Se mantienen al margen hasta que una de las mandíbulas logra penetrar el exoesqueleto del cuerpo enemigo, entonces todos los espectadores, sin importar su colonia de origen, se abalanzan sobre el perdedor y lo devoran.
El rey y la reina que sobreviven se aparean, sin importar su identidad, y ambas colonias se integran conformando un reino más poderoso. Hay ocasiones en que todos los reyes y reinas mueren, o que sólo uno sobrevive. En estos casos algunas de las termitas obreras y soldados que se encuentran en el cuarto estadio, y que por lo tanto no han terminado de crecer, maduran sexualmente y toman el papel de reyes. En estos casos puede haber más de una pareja real. Los reyes y reinas guerreros tienen mayores probabilidades de ganar batallas contra otros reinos. Además sus peleas son más vistosas porque decapitan a sus adversarios o los inmovilizan y les abren el abdomen frente a los obreros y demás espectadores.
Si no sufren el ataque de depredadores, como osos, mapaches y escarabajos, las termitas pueden habitar el mismo tronco hasta que se lo acaban, proceso que puede tener una duración de veinte años y tras el cual llega un momento en que las excavaciones llevan a la colonia al exterior. Es entonces cuando todos los obreros del cuarto estadio (justo antes de que tomen su forma final) se transforman en adultos alados y se van volando para empezar un nuevo reino. El resto de la colonia, incluyendo obreros, soldados y crías, mueren porque su nido queda expuesto a los depredadores.
Este artículo fue escrito con la valiosa información de Aidan Manubay, a quien agradezco haber compartido conmigo la historia natural y las fotos de sus termitas. Para mayor información consultar las publicaciones de Barbara L. Thorne y colaboradores de la Universidad de Maryland, EU.
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