Siempre he pensado en las maravillas que podría hacer con mi tiempo si pudiera estar en dos lugares al mismo tiempo, como salir a hacer ejercicio y realizar experimentos en el laboratorio. Después de pensar en esto mi mente se encarga de recordarme que lamentablemente ningún ser humano ha podido lograr esto.
Todo el mundo sabe que no podemos ser onmnipresentes, sin embargo casi nadie sabe que una parte pequeñísima de nuestro cuerpo sí puede lograr un efecto similar. En 1801 un científico inglés llamado Thomas Young realizó un experimento que le permitió comprobar que la luz es una onda, este experimento fue importante ya en ese tiempo se pensaba que luz estaba formada por pequeñas partículas. Casi cien años más tarde 1897 Joseph John Thomson demostró la existencia de los electrones y realizó el mismo experimento propuesto por Thomas Young pero en lugar de luz utilizó electrones. El experimento realizado por Thomson se explica de manera muy simple y divertida en el siguiente video:
Los átomos tienen masa, por lo tanto las partes que los conforman también. Esto implica que los electrones tienen masa. El experimento de Young para electrones demuestra que a pesar de tener masa, a veces también se comportan como onda. Si arrojamos dos piedras al agua podemos ver cómo las ondas producidas por cada una de las piedras interfiere con la otra. En el experimento cada electrón se comporta como si fuera dos piedras formando ondas en el agua.
Alrededor de 1920, para poder explicar el extraño comportamiento de los electrones, un grupo de científicos de la Universidad de París, entre ellos un estudiante llamado Louis DeBroglie, concluyeron que en algún momento tiene que ser posible encontrar al mismo electrón en dos lugares diferentes al mismo tiempo.
Entonces lo que hicieron fue colocar detectores de electrones cubriendo toda la zona detrás de la rendija para poder ser testigos de la aparición del electrón en dos lugares al mismo tiempo. La gran sorpresa fue que cuando repitieron el experimento con los detectores, los electrones ya no se comportaron como ondas. Los electrones no quisieron que se supiera su secreto. El simple hecho de colocar detectores cerca de la rendija al realizar el experimento hace que el electrón deje de comportarse como onda, uno de los grandes misterios de la mecánica cuántica.
En 1923, Louis DeBroglie explicó cómo calcular matemáticamente el comportamiento ondulatorio de los electrones y de otros objetos con masa. Para nuestra tristeza sus fórmulas demuestran que únicamente los cuerpos pequeños como los electrones pueden mostrar evidencia de su comportamiento ondulatorio.
Existen personas que han abordado el tema de manera alocada, por ejemplo, en el “Misticismo Cuántico” o en la película “What the bleep do we know” (2004). Sin embargo, es importante recordar que estas conclusiones no han sido comprobadas por la ciencia.
Finalmente, la mala noticia es que la ciencia ha demostrado que aunque existen partículas que pueden estar en dos lugares al mismo tiempo nosotros no podemos. La buena, es que gracias a que algunas partículas presentan comportamiento ondulatorio tenemos computadoras rápidas, equipos sofisticados en los hospitales y luz láser entre otras cosas que facilitan nuestras existencia.
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