La dislexia (del griego δυσ- “dificultad, anomalía”; y λέξις, “habla o dicción”) es la dificultad en la lectura, que afecta su comprensión. Aunque uno de cada siete humanos sufren de este problema, el resto de la población generalmente no puede comprender lo que implica vivir con esta discapacidad de aprendizaje.
El diseñador gráfico Sam Barclay sufre de la dislexia, y cuenta que mientras que la mayoría de la gente ve palabras al leer un texto, el ve formas. “Tuve mucha suerte, y recibí ayuda de gente increíble en la escuela” le contó Barclay a la revista Co.Design, “pero siempre note que sólo buscaban ayudarme leer, y no ayudar a los que me rodeaban entender cómo se siente esta dificultad de lectura.”
Por esta razón, Barclay decidió diseñar tipografías que asemejan la experiencia de leer con dislexia. El resultado fue un hermoso libro gráfico para divulgar esta sensación “I Wonder What It´s Like to be Dyslexic” (Me pregunto cómo se siente ser disléxico), el cual ha sido publicado recientemente con la ayuda del sitio web Kickstarter.
Aunque puede sonar contradictorio, Barclay, quién se dedica exclusivamente a diseñar tipografías, dice que tiene mucho sentido. “La tipografía es el arte de crear una experiencia de lectura agradable, sin importar el contexto.” Mientras que la dislexia representa un obstáculo para leer, ver letras como formas puede facilitar el trabajo de un buen diseñador de tipografía. Tienes que tener la habilidad de observar palabras de manera abstracta y verlas sólo por su valor estético.
Barclay no es el único diseñador que busca mostrar lo que es vivir con esta discapacidad. Más recientemente Daniel Britton creo una tipografía intencionalmente difícil para leer. “Al obstaculizar la lectura, estoy simulando lo que es leer con dislexia”. Britton también sufre de la discapacidad y dice que “la gente no entiende lo que implica… es una barrera para aprender”. Al igual que muchos estudiantes disléxicos, Britton reprobaba exámenes porque no lograba leer las preguntas a pesar de los 15 minutos adicionales que le daban. A los 18, su nivel de lectura era igual a la de un niño de 10 años.
En los proyectos de estos dos diseñadores, las letras se convierten en arte visual. Sus tipografías representan exactamente lo que un disléxico ve, sin embargo, la lentitud al leer, y la dificultad al descifrar, de vivir con esta condición.
Sin comentarios