Las infecciones por el virus de la polio generalmente pasan desapercibidas o se manifiestan con síntomas leves. En raras instancias el virus puede infectar el sistema nervioso, provocando parálisis muscular, en algunas ocasiones de manera temporal, pero en muchos casos permanente, atando a sobrevivientes a aparatos ortopédicos y sillas de ruedas por el resto de sus vidas. Por Tania Rivera Hernández[i]
A cierto número de individuos la polio los dejaba incapaces de respirar de manera independiente, requiriendo vivir dentro de un pulmón de hierro; un cilindro hermético de metal dentro del cual los pacientes permanecían acostados, solo exponiendo su cabeza al mundo exterior. Una bomba conectada al dispositivo ejercía una presión negativa dentro del pulmón de hierro, provocando la expansión del pecho y abdomen de los pacientes y propiciando así el ingreso de aire a los pulmones. Los brotes de polio anuales a mediados del siglo XX nos dejaron imágenes que parecen producto de un thriller de ciencia ficción: pabellones llenos de niños, viviendo dentro de estos cilindros de hierro, con espejos sobre sus cabezas para poder echar un vistazo al mundo que los rodeaba y que, por estar inmovilizados, no podían contemplar.
Algunos pacientes lograban recuperar la capacidad de respirar de manera independiente, pero un porcentaje pequeño dependió de los pulmones de hierro por el resto de sus vidas. Ciertamente el rango de gravedad de las infecciones por polio era muy amplio, una gran parte de las personas afectadas, en su mayoría niños, se recuperaban exitosamente. Por otro lado, las muertes que se presentaban eran fulminantes, y las imágenes de niños incapacitados por el resto de sus vidas marcaron a las generaciones que vivieron esta crisis a mediados del siglo XX.
Las consecuencias tan gráficas e impactantes de esta enfermedad, que afectaba considerablemente a la población blanca de familias acomodadas en Estados Unidos, dieron origen a uno de los movimientos altruistas más grandes en la historia de la humanidad: The March of Dimes. Su misión era recolectar donaciones que serían destinadas para apoyar a la rehabilitación de enfermos de polio y financiar investigación científica en búsqueda de una cura o una vacuna. The March of Dimes se convirtió en un verdadero movimiento social en el que ciudadanos de todo Estados Unidos se volcaban cada año para hacer donaciones, colectas, y organizar eventos para recaudación en los cuales se involucraron políticos, artistas y todo tipo de celebridades.
Quien orquestó este movimiento era la National Foundation for Infantile Paralysis, una organización que se encargó de coordinar y administrar los fondos recaudados y destinarlos a los distintos beneficiarios. Varios grupos de investigación y científicos recibieron fondos de la fundación, entre ellos, Jonas Salk y Albert Sabin.
La historia de la relación entre Salk y Sabin es turbulenta y complicada, rivales desde el inicio en su lucha contra la polio, nunca mostraron mesura en atacarse el uno al otro en foros académicos e incluso en medios de comunicación. La rivalidad entre estos dos científicos duró décadas, pero para fortuna de la humanidad fue un antagonismo increíblemente productivo, al que hoy en día podemos agradecer tener dos excelentes vacunas para el control y la casi erradicación de la polio a nivel mundial.
Tanto Salk como Sabin tenían estrategias muy diferentes para el desarrollo de una vacuna, y sin timidez desacreditaban la propuesta del otro. Por un lado Salk decidió desarrollar una vacuna inactivada, la cual requería crecer grandes cantidades de los 3 tipos de virus de la polio que existían, separar los virus de las células que se usaban para crecerlos, e inactivar el virus por métodos químicos. El proceso de inactivación realizado correctamente, daba como resultado una suspensión de virus incapaces de producir una infección; por otro lado al momento de inyectarse, este virus inactivado era capaz de estimular al sistema inmune para producir las defensas que neutralizarían al virus real cuando éste ingresara al torrente sanguíneo y así se evitaría la invasión del sistema nervioso.
Por su parte, Sabin se encontraba desarrollando una vacuna usando virus atenuados, es decir virus adaptados para ser mucho menos virulentos que los virus originales. El proceso de atenuación lo realizó cultivando el virus de la polio en diferentes tipos de células no humanas a una temperatura subóptima para su crecimiento, lo que provocó en el virus diversas mutaciones que lo hacían menos eficiente para infectar células humanas. Realizó este proceso de atenuación para los 3 tipos de virus de la polio, y creó una vacuna oral que al aplicarse podía estimular células del sistema inmune presente en el sistema digestivo de quien recibía la vacuna; esto además de prevenir la infección, podría tener la capacidad de cortar cadenas de transmisión.
En 1954 la vacuna de Salk fue la primera en probarse en humanos; un estudio donde alrededor de 1.3 millones de niños, denominados Polio Pioneers, participaron como voluntarios para determinar si la vacuna era segura y eficaz. El estudio fue financiado por donaciones de la ciudadanía y además contó con la participación de cientos de miles de voluntarios para su ejecución. En abril de 1955, se concluyó que la vacuna era segura, eficaz y potente. El anuncio del resultado fue transmitido por radio a todo el país. La gente al escuchar la buena noticia se inundó de una alegría inmensa, se sentía como un triunfo verdaderamente colectivo. Salk se convirtió en el científico más querido del país, a quien no le interesaba sacar ganancias monetarias a partir de la vacuna, e incluso cuando se le cuestionó que a quien pertenecía la patente, el respondió “Es de la gente, no hay patente. ¿Acaso se puede patentar el sol?”.
Tan solo días después del anuncio de los resultados del estudio, se comenzó la aplicación de la vacuna a nivel nacional, justo a tiempo antes de que comenzara la época del año de alta transmisión del virus. Varias empresas farmacéuticas habían recibido las instrucciones de cómo producir la vacuna por parte de Salk, y se encontraban trabajando a marchas forzadas para responder a la demanda. La campaña de vacunación arrancó y lo que parecía una victoria monumental, pronto se tornó en una gran pesadilla cuando varios niños que habían recibido la vacuna comenzaron a presentar síntomas de parálisis de cuatro a diez días después de haber sido vacunados.
Las autoridades decidieron hacer una pausa en la campaña hasta poder averiguar exactamente qué estaba pasando y rápidamente se pudo identificar que la vacuna que habían recibido todos estos niños provenía de una misma empresa, los Laboratorios Cutter. Una cautelosa revisión del proceso de producción que se hacía en Cutter, determinó que no se estaba realizando de manera correcta la inactivación del virus. Las consecuencias de lo que ahora se conoce como El incidente Cutter fueron catastróficas; se estima que 40,000 niños fueron infectados con el virus presente en la vacuna, dejando 200 niños con algún tipo de parálisis, y 10 niños fallecidos.
Este incidente desató que todos los procesos de producción de las empresas fueran estrictamente vigilados, y sentó las bases para el sistema regulatorio tan estricto con el que contamos hoy en día, donde la prioridad más alta en el desarrollo de una vacuna es su seguridad. Una vez que se confirmó que todos los procesos de producción se estaban realizando de manera correcta, se reanudó la campaña de vacunación.
En general la ciudadanía confiaba en el proceso de rendición de cuentas del gobierno y la vacuna seguía siendo bien aceptada, sin embargo era imposible ignorar que en cierto sector de la población había desconfianza. Este sentimiento se acentuó con los rumores de que una mejor vacuna venía en camino, la vacuna desarrollada por Sabin.
Para 1957 Sabin tenía lista su vacuna para ser probada a gran escala. Había logrado atenuar efectivamente los 3 tipos de virus de la polio y tenía una vacuna que podría darse a los niños de forma oral, en gotitas o en cubos de azúcar. Sin embargo, ya no era posible montar un ensayo para probarla en Estados Unidos debido a que la vacuna de Salk ya estaba siendo utilizada en todo el país. A pesar de las tensiones de la época por la guerra fría, la entonces Unión Soviética le abrió las puertas y en 1959 la vacuna de Sabin se probó en 10 millones de niños con resultados positivos; la vacuna era segura, eficaz y además extremadamente fácil de administrar.
Esta vacuna tenía otra característica importante: al entrar por vía oral y tratarse de virus vivos, estos eran capaces de multiplicarse en el intestino de la persona vacunada, quien posteriormente podría excretar virus vivos a través de las heces. Una vez excretados, otros individuos podían ser infectados con estos virus presentes en el ambiente y así indirecta e inadvertidamente ser vacunados.
Los resultados positivos obtenidos en el estudio en la Unión Soviética fueron tán contundentes que para 1960 Sabin tuvo luz verde para realizar estudios en Estados Unidos, y para 1963, la vacuna ya estaba aprobada para su uso en ese país. Para la sorpresa y desdicha de Salk, la American Medical Association recomendó que su vacuna fuera totalmente reemplazada por la de Sabin a nivel nacional. La gran mayoría de países alrededor del mundo decidieron usar la vacuna desarrollada por Sabin, aunque hubo ciertas excepciones donde la vacuna desarrollada por Salk fue la elegida para impulsar sus campañas de vacunación.
La aplicación de estas dos vacunas a nivel mundial ha sido responsable del control de esta enfermedad y se estima que han prevenido 30 millones de casos de parálisis desde su introducción. En 1994 el continente Americano fue declarado libre de polio, seguido por la región Pacífico Occidental en el año 2000, y el continente Europeo en 2002. Pero a pesar de estos resultados impresionantes, la historia no termina aquí. Con la aplicación a gran escala de la vacuna de Sabin, poco a poco emergio una desventaja relevante: al tratarse del virus vivo y con posibilidad de transmitirse, en ciertos individuos, sobre todo aquellos con sistemas inmuologicos deficientes, se llegaban a presentar algunos casos de parálisis.
Adicionalmente, una vez que el virus atenuado pasa por el huésped humano, existe la posibilidad de que recupere su virulencia y como consecuencia causar brotes de polio. La probabilidad de que esto suceda es extremadamente baja, sin embargo, dado que estamos tan cerca de la erradicación, esto no puede pasar desapercibido. Irónicamente, la recomendación actual es que en aquellos países donde está controlada la enfermedad, se reemplace la vacuna de Sabin por la vacuna de Salk, ya que ésta no conlleva tales riesgos.
Por otro lado, en los pocos países donde la transmisión del virus sigue activa, como Afganistán y Pakistán, se recomienda seguir con los esfuerzos de vacunación usando la vacuna de Sabin, ya que los beneficios de ésta tienen mucho más peso que el posible número de infecciones que pueda llegar a causar.
Hoy en día, se han podido erradicar 2 tipos de virus de la polio. En 2023 se reportaron tan sólo 12 casos de polio salvaje a nivel mundial y 506 casos de virus derivados de las vacunas. La erradicación ha estado cerca por muchos años, pero los conflictos civiles han mermado los esfuerzos. Hace unas semanas, en la franja de Gaza se detectó un caso de polio producto de interrupciones en las campañas de vacunación. Como consecuencia se logró acordar un alto al fuego, para arrancar una campaña de vacunación de emergencia.
Esta pausa, que ha dado un respiro del infierno que se vive en la región, supongo que podemos considerarlo como otro beneficio indirecto de la vacunación y la lucha contra la polio. Lo ocurrido en Gaza resalta la importancia de que no podemos bajar la guardia contra este virus, y que como sociedad necesitamos revalorizar la vacunación y sus incontables beneficios.
Sabin falleció en 1993 y Salk en 1995, y por ello no pudieron atestiguar la increíble sinergia que han tenido sus vacunas en la lucha contra la erradicación de la polio. Rivales ellos, y sus vacunas, aliadas. Personalmente, me encantaría poder preguntarles que opinan al respecto.
Literatura consultada
- Offit, Paul A. 2022. Vaccinated. New York, NY: Collins.
- Oshinsky, David M. 2005. Polio. London, England: Oxford University Press.
- Horstmann, D. M. 1991. “The Sabin Live Poliovirus Vaccination Trials in the USSR, 1959.” The Yale Journal of Biology and Medicine 64 (5): 499–512.
- Najera, René F. 2019. “Two Down, One to Go: A Second Polio Type Is Eradicated From the Human Population.” Https://historyofvaccines.org/blog/two-down-one-to-go-a-second-polio-type-is-eradicated-from-the-human-population (blog).
[i] Tania Rivera Hernández (1984) es Ingeniera en Biotecnología del Poli y Doctora en Ciencias por la Universidad de Queensland. Forma parte del programa Investigadorxs por México y hace proyectos de desarrollo de vacunas en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Desde temprano en la carrera sintió fascinación por las vacunas, algo que sigue muy vigente muchos años después. Disfruta mucho la literatura infantil, la música, andar en bici y aprender sobre insectos y otros bichos.
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