La gran biodiversidad de animales y plantas de nuestros ecosistemas incluyen grandes tesoros de venenos y ponzoñas. Desde tiempos ancestrales las toxinas de venenos de animales y plantas terrestres han sido una fuente de gran utilidad para diferentes propósitos; desde el envenenamiento por cicuta a Sócrates ejecutando su sentencia de muerte, pasando por el uso de la batracotoxina impregnada en las lanzas de los mejores cazadores de los pueblos originarios de Colombia, hasta llegar a los usos medicinales y recreativos de las muy conocidas marihuana y morfina.
A pesar de que actualmente estamos avanzados en el estudio de toxinas de diferentes organismos terrestres para su uso terapéutico, no es sino hasta los años setenta que surge la inquietud por el estudio de compuestos activos de organismos provenientes de un gran desconocido, la mar.
Hoy en día, avances en esta investigación han permitido la caracterización de un mayor número de toxinas marinas, hasta el punto que ya se pueden encontrar algunas substancias utilizadas como fármacos y han sido comercializadas como medicinas, sin embargo, se calcula que existe un universo enorme de venenos y toxinas marinas por descubrir.
¿Te atreverías a sumergirte en un mar de toxinas?
Inicia la conversación:
Antònia Colom Casasnovas nació en un pequeño y alejado pueblo de la Isla de Mallorca llamado Sóller, estudió Ciencias del Mar en la Universidad de Vigo en Galicia. El último año de carrera obtuvo una beca de intercambio para estudiar un año en la UABC (Universidad Autónoma de Baja California) de Ensenada. Antònia comenta que como a muchos extranjeros, México la envolvió con su grandeza, eso la llevó a volver un año después y hacer la maestría del posgrado de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM en el laboratorio de Toxinología Marina, ubicado en la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales de Puerto Morelos. Su trabajo de investigación en la maestría proporcionó evidencia de nuevos efectos sobre el sistema nervioso por toxinas de la anémona Bartholomea annulata, por lo que su caracterización completa requirió de mayores estudios que realizó durante su doctorado, inscrita en el mismo posgrado y laboratorio en Puerto Morelos, pero esta vez colaborando con el Instituto de Neurobiología de Juriquilla. Actualmente está al final del doctorado, preparando la comunicación formal de sus hallazgos, además de un diplomado en educación ambiental por el CIDES (Centro de Investigación para el Desarrollo Sustentable).
Desde pequeña Antònia es una apasionada de la mar, disfruta mucho bucear, porque considera que es la mejor manera de mimetizarse con este ecosistema tan diverso.
Lunes 21 de junio
7:00 pm
MOSER Cafe Kultur (dentro de la fábrica)
Av. Industrialización 4, Álamos 2nda secc., Querétaro, Qro.
ENTRADA LIBRE, AFORO LIMITADO
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USO DE CUBREBOCAS OBLIGATORIO
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Diseño: Fotógrafo y artista Asdrúbal Letechipía.
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