Los hielos perpetuos alrededor del planeta se extinguen por el calentamiento global en el mundo; que se produce, en parte, por la combustión de hidrocarburos: petróleo, gas fósil, así como por la liberación de carbono a la atmósfera. Hay que agregar que la actividad solar intensa es parte del aumento de la temperatura global (junto a diversas acciones antropogénicas) que rebasó el año pasado el temido aumento de 1.5 grados centígrados. Por Joel Enríquez Sánchez
Entre muchos otros servicios ecológicos los hielos perpetuos reflejan el calor del sol, al no existir, el calor se absorbe y permanece (Gaceta,UNAM,2018). Mientras que las grandes ciudades generan el 6% de gases de efecto invernadero(Women´s for climate, MIDE, CDMX,2018).


Para darnos una idea de los alcances antropogénicos de nuestros tiempos basta con considerar que si el conjunto de todo el concreto formara un solo país, sería el tercero más grande del planeta (Noticiero Científico y Cultural, NCCC; 24/12/22). Al tiempo de que seguimos destruyendo el entrono, tan solo en Brasil, la deforestación equivaldría al territorio mexicano que mide casi 2 millones de k2.

Eso dicho, las ciudades pueden también presentar oportunidades importantes para cambiar el paradigma de producción alimenticia de la que dependen su ciudadanía, al tiempo de que se comienzan a atender algunos de los estragos del Antropoceno. Tales como los huertos urbanos de generación colectiva.

El Huerto Tlatelolco, por ejemplo, localizado en el centro de la megalópolis capitalina mexicana, regula hasta 9.5 grados centígrados la temperatura entre el interior del huerto y la calle. Beneficia a más de 2.500 personas, produciendo 5.5 toneladas de materia viva y composta, sumamente importante ante un suelo degradado en todo el planeta por la falta la lluvia y extracción de sustratos (no ha manera de negarlo: el ciclo del agua está roto). Entre las cosechas del huerto se cuentan: 117 plantas comestibles, un banco de semillas, 17 tipos de aves, 5 anfibios, 62 insectos registrados (pequeños nichos ecológicos en el mar de concreto que comienzan a ser relevantes ante la 6ª. extinción.


El Huerto Tlatelolco se construyó en el terreno de lo fue el edificio Oaxaca, que se derrumbó en el terremoto de 1985, en la Unidad Tlatelolco, en la Ciudad de México: Av. Paseo de la Reforma 742 Nt. Esq.Eje 2: Manuel Gonzáles. Más información sobre el huerto y contacto aquí.

Cerremos con la consideración de que los perros (Canis lupus familiaris), descendientes directos de los lobos, acompañan a la humanidad desde tiempos remotos (por lo menos 10 mil años), produciéndose una doble domesticación entre ambas especies, una especie de coevolución cultural, que ha encaminado por un lado a una alta especialización en el apoyo de diversas tareas (pastoreo, cacería, protección, sosiego) y por otro a una estrecha interrelación emotivo afectiva.

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