De cómo fluye, se infiltra y contamina el agua de Yucatán
Flotando boca arriba en el cenote me pregunté, ¿estará buena esta agua para beberla ahora? No bebí, pensé que podría estar un poco contaminada por más limpia que se viera, y es que de camino pasé por un par de pueblos que están cerca de aquí y he escuchado que en algunos lugares usan los cenotes como pozos sin fondo para tirar basura. También, me tocó ver un par de anuncios de entradas a granjas de cerdos, uno que otro potrero y dos que tres campos agrícolas. Aún con sed, mi mente siguió viajando y llegó a las periferias de la ciudad; pensé en las fábricas, ¿qué desecharán en la red hídrica? ¡Madres! ¿Y San Benito?, está bien cochino ese mercado, ¿a dónde se va toda el agua cuando llueve y lava sus calles y banquetas? Me fui tan lejos que terminé viéndome a mi misma sentada en el baño de mi casa… ¡¿apoco mis desechos pueden llegar tan lejos como para que haya trazas de mi en este cenote!?
La península de Yucatán es una de las zonas más ricas en agua de México. A nivel nacional ocupa el primer lugar en la recarga del acuífero, representando una cuarta parte del volumen nacional. Las características kársticas del suelo en la península, sumado a un considerable aumento poblacional y de industrias altamente extractivistas y contaminantes, le han generado una alta presión y vulnerabilidad al gran acuífero maya.
Desde plaguicidas, agroquímicos y metales pesados, hasta cacas de cerdo, drogas y otros contaminantes, pudieras darte unos sorbitos de ese coctel mientras disfrutas de tus vacaciones, nadando en los icónicos cenotes de la región. Acompáñanos a desenmarañar algunos acontecimientos sobre el agua de la Península de Yucatán, a conocer sobre el territorio, la biodiversidad y la importancia ecológica del gran acuífero kárstico yucateco.
NOS VEMOS EL 28 DE JUNIO A LAS 19:00 EN EL APAPACHO Y LIBRERÍA LA MEIGA
Conexiones sinápticas a cargo de:
Dra. Yameli Aguilar Duarte.
Creció disfrutando de sus “expediciones científicas” imaginarias en el patio de la casa de Fita (su abuela materna), donde se dedicaba a buscar fósiles y recolectar mudas, semillas, piedras, plumas, huesos o cualquier otra chuchería que nutriera su «museo personal de historia natural». Ahora es la digna señora de las rocas. Su amor por la naturaleza y su preocupación por los problemas ambientales la llevó a estudiar la licenciatura en Biología, una maestría en Ingeniería Ambiental y un doctorado en Geografía, para comprender y ahondar sobre las particularidades paisajísticas de la Península de Yucatán. Junto con otros colegas fundó la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst (AMEK). También colabora con colectivos ciudadanos como el Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán (CCAY), el movimiento nacional «Agua para todos, agua para la vida» y Aldea, espacio de arte y ciencia para niños.
Plática: “Érase una vez un gran queso rocoso”
M.C. Ana Karen Rueda Gómez
Apasionada por la vida marina, motivo de inspiración para iniciarse en la carrera de biología, con enfoque al estudio de los cuerpos de agua y su biodiversidad. Al percatarse de la vulnerabilidad de estos sistemas, decidió realizar una maestría en Energía y Medio Ambiente en la UAM Iztapalapa para conocer más a detalle los aspectos fisicoquímicos del agua que afectan su calidad. Ha realizado colaboraciones con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), impartido talleres en eventos de divulgación científica, contribuido con creación de material educativo relacionado al cuidado del agua, redacción de notas informativas para periódicos locales en el estado de Morelos. También ha presentado ponencias en simposios y en páginas de divulgación en redes sociales sobre la importancia de la conservación de los ecosistemas acuáticos. Actualmente es miembro activo del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán (CCAY).
Plática: “Paraíso cristal”
M.C. Margarita Isabel Pérez Díaz
La curiosidad es su debilidad y no quedarse con la duda ni callada es su mayor defecto. Creció divirtiéndose con las herramientas de su papá, desbaratando calculadoras, relojes y todo lo que se le pusiera enfrente. Vino de fábrica con el chip integrado por el cuidado del agua y del medio ambiente, sermoneando a familiares, vecinos y cualquier desconocido que sus ojos atraparan desperdiciando agua. Es ingeniera Bioquímica de vocación y Maestra en Ciencias en Bioprocesos. Hizo sus pininos en la ciencia en el CICY y posteriormente, se fue al Poli donde desarrolló investigación en tecnologías para el tratamiento de aguas residuales y trabajó como profesora en las carreras de Ing. Ambiental y Biotecnológica. Ha contribuido a la divulgación de la ciencia en foros como Clubes de Ciencia México, congresos y revistas. Actualmente se dedica a la aplicación de todos esos conocimientos en conjunto con el Ing. Omar Yah para el mantenimiento y rehabilitación de PTARS y desarrollo de proyectos de tratamiento de agua en general.
Plática: “Transmutación alquímica de la caca en oro”
M.C. Ana Sofía Lázaro Salazar
Desde pequeña ha sido muy chismosa y metiche, por eso decidió estudiar psicología. Como además es mandona, se especializó en psicología educativa donde cuenta con amplia experiencia docente en niveles básico, medio superior y superior. Entre sus actividades, elaboraba proyectos académicos vinculados con temas socioecológicos, uno de esos proyectos fue la importancia de los cenotes en la cultura maya y descubrió el increíble mundo subterráneo de Xibalba. Cual doncella maya, decidió entregar su vida a Chaac para preservar y proteger el acuífero kárstico subterráneo de la península de Yucatán. Realizó un posgrado en Ecología Humana en el Cinvestav-IPN y su línea de investigación es el fortalecimiento de la educación formal para la enseñanza y conservación de los recursos naturales, especialmente el agua. Actualmente, es miembra combativa del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán, Agua para Todxs, Agua para la Vida y de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst, A.C.
Plática: “Derecho humano al agua potable y saneamiento para despistados”
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