El término “liternatura” llegó a mis oídos hace unos meses cuando, al buscar convocatorias literarias, descubrí el Premio de No-Ficción de Libros del Asteroide de Barcelona. Fieras Familiares, escrito por el zoólogo mexicano Andrés Cota Hiriart, resultó finalista de la primera edición de las tres realizadas hasta ahora. En el libro, Andrés cuenta su experiencia con ajolotes, escorpiones, camaleones y cocodrilos, los que tuvo en cautiverio de más joven y con los animales que observó en las islas Galápagos (Ecuador), Borneo (Malasia), Komodo (Indonesia), Sulawesi (Indonesia) y Guadalupe (México). Por Paulina Morales
Moreno
Curiosamente, un par de días después de haber comprado el libro, Andrés Cota anunció en redes la presentación del mismo en el Café La Fauna de la ciudad de Cuernavaca. Fue una grata casualidad que aproveché para escuchar de primera mano su experiencia. Durante la charla, el autor explicó que además de contar su punto de vista sobre la extraordinaria convivencia con estos animales, también quiso darle un fin conservacionista. Para explicar esta doble intención de su obra, se refirió a su libro como parte del género “liternatura”: un género incipiente en lengua castellana.
Fieras familiares resultó ser la puerta que abrió mi visión hacia un horizonte estimulante, el género donde podría unir mi interés por la ciencia y la pasión por la escritura. Un lugar donde reflejar la poesía de la naturaleza, que tal vez solo nuestros ojos aprecian y gracias a ella entender la urgencia de cuidar la diversidad de nuestro planeta. Pero con esta nueva perspectiva, también me planteé nuevas cuestiones acerca de la liternatura como género literario: su origen y su posible evolución.
Después de reflexionar e indagar sobre el tema, me surgió la idea de que la liternatura podría ser un género con esperanzas de desaparecer, o por lo menos, de cambiar radicalmente.
NATURE WRITING: UN NUEVO GÉNERO
Los géneros literarios están intrínsecamente relacionados con la sociedad, son un producto de los procesos históricos que viven las y los autores, de cómo se encuentran en ellos o cómo los toman para desarrollarlos en otros nuevos. Son un reflejo de la necesidad del humano por comunicar lo que está viviendo en su época, o incluso, cómo se imagina el futuro a partir de los cambios dentro de su cultura. Como menciona Todorov, “un nuevo género es siempre la transformación de uno o de varios géneros antiguos: por inversión, por desplazamiento, por combinación” (Todorov, 34).
Nature writing es el nombre original con el cual se denominó a este género. En el contexto de Estados Unidos, empezó con los españoles, franceses, daneses e ingleses que exploraban el Nuevo Mundo durante los siglos XV y XVI. Por ejemplo, textos como los diarios de exploración de Cristóbal Colón y Álvaro Núñez Cabeza de Vaca.
Después, en el siglo XVII los escritores de naturaleza reflejaron las preocupaciones de los colonizadores que ya habitaban el Nuevo Mundo, autores como John Smith (el principal fundador del asentamiento británico en Estados Unidos), William Bradford y John Winthrop retrataban el país como un lugar de bienes inagotables.
La transición de la cosmovisión del colonialismo al siglo XVIII fue reflejada en el género a través de los textos del reverendo Cotton Mather, quien “estudió astronomía y física, pero se preguntaba si los cometas eran creados por Dios como un lugar para encarcelar a los pecadores” (Encyclopedia).
Durante este siglo, la escritura estadounidense de naturaleza empezó a aproximarse desde un punto de vista más científico y realista que caracteriza los textos actuales del género. Destacan otros autores como Meriwether Lewis y William Clark, quienes enfatizaron el poder ennoblecedor de la naturaleza. A partir de esto, también inicia una concepción del entorno rural como representante de la nacionalidad.
El siglo XIX es la gran era de exploración narrativa y es cuando la nature writing se vuelve más lírica, personal y contemplativamente precisa. Es perfilada por el trascendentalismo, que considera que “el alma de cada individuo es idéntica al alma del mundo y contiene lo que el mundo contiene” (Campbell).
Los trascendentalistas en Estados Unidos fueron un grupo de Nueva Inglaterra liderado por Ralph Waldo Emerson, quien urgía a que cada individuo tuviera “una relación original con el universo” (Emerson).
Dentro de su obra, destaca Nature (1836). También durante esta época, Henry David Thoreau publica Walden (1854), libro que ha resurgido y que en los últimos años lleva catorce ediciones con alrededor de 30,000 ejemplares vendidos. Esta obra enfoca su filosofía en los valores intelectuales y espirituales que pueden obtenerse en la contemplación directa de la naturaleza.
Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, hubo una gran aportación por parte de escritoras de nature writing: Elizabeth Cabot Cary Agassiz, Mary Austin, Florence Merriam Bailey, Liberty Hyde Bailey, Isabella Bird, Anna Botsford Comstock, Susan Fenimore Cooper, Elizabeth Fries Lummis, Olive Thorne (Harriet Mann) Miller, Gene Stratton Porter, Celia Laighton Thaxter, and Mabel Osgood Wright.
Dichas autoras se caracterizaron por:
– Desarrollar y comunicar un sentido de lugar, una conexión personal y local con
el mundo natural a través de la observación paciente.
– Combinar modelos científicos y literarios para retratar un panorama completo de
la relación humana con la naturaleza. Por ejemplo, Rural Hours (1850) de Susan
Fenimore Cooper.
– Usar el género como herramienta de promoción con la cual lograron medidas de
protección medioambiental.
En sus experiencias se conjuntaban no solo una visión científica sino también una perspectiva humana: filosofía, poesía y memoria. Elementos que emergen en la extraordinaria convivencia con otros seres vivos y paisajes lejanos a nuestra cotidianidad. “La clasificación científica de las especies […] permitió a escritores como William Bartram […] percibir no una maraña de flora y fauna, sino ‘una variedad infinita de escenas animadas, indescriptiblemente bellas y placenteras’” (Nijhuis).
En el recorrido que hace el ecocrítico Michael P. Branch sobre la evolución histórica del género, menciona otras maneras en las que la escritura sobre la naturaleza se ha denominado a lo largo de estos últimos siglos:
Mientras que la “filosofía natural” generalmente se refiere a meditaciones precientíficas sobre la relación humana con la naturaleza y que la “historia natural” identifica la escritura posterior que se ocupa principalmente de describir la flora y la fauna, la “escritura ambiental” por lo general aborda la literatura con una finalidad y sensibilidad conservacionista.
El término más amplio, nature writing, incluye todas las formas de literatura cuyo interés principal es la naturaleza y la relación humana con ella.
Pero los géneros están en constante cambio: por una parte, en sintonía con el propio ritmo de la sociedad y por otro, debido a su carácter discursivo. Todo género crea una conversación entre autores y lectores. Y es en esta interacción que “una sociedad elige y codifica los actos que corresponden más exactamente a su ideología” (Todorov 38).
En este sentido, “los géneros evidencian los rasgos constitutivos de la sociedad a la que pertenecen” (Todorov 38), así que, lógicamente, la liternatura refleja también las prácticas y necesidades creadas en la modernidad, las cuales destruyen los ecosistemas. El ritmo del estilo de vida consumista implica, entre otras cosas, la fabricación de productos de un solo uso, el plástico como principal material industrial, la deforestación del Amazonas para introducir plantaciones de palma solo para fabricar cosméticos, etc. Todos estos factores afectan el equilibrio natural de la Tierra y ponen en peligro a la gran mayoría
de los seres vivos.
De hecho, actualmente existen nuevas vertientes del género, lo que se conoce como the new nature writing (Smith), que incluye la gran variedad discursiva dada a partir de la visibilidad de diversos contextos personales, de salud, de identidad, etc., que de una u otra manera sus autores han relacionado con un contexto natural. Se trata no solo de hablar de nuestra comunión con la naturaleza desde un espacio separado de la urbe, sino en cualquier contexto donde nos encontremos, pues incluso en las ciudades sigue presente la naturaleza en mayor o menor medida.
Un ejemplo de esta re-unión fue la que se dio en los meses de confinamiento durante la pandemia por coronavirus de 2020. Al no poder salir de casa, algunas personas redirigieron su atención a los pequeños detalles, volvieron a notar el canto de las aves. Los más afortunados, con jardines o balcones, se reconectaron con el medio como si de un salvavidas se tratara. Cuando las medidas se volvieron menos rígidas, hubo quienes buscaron un espacio de relajación para calmar la incertidumbre del momento por medio de la exploración de los espacios naturales que tenían a la mano: parques, bosques o playas.
El género de liternatura aún no está muy expandido en lengua castellana, aunque ya se están haciendo eventos con el fin de darlo a conocer e incentivar a una nueva generación de autores hispanohablantes. Por ejemplo, Movistar Liternatura (2018) fue el primer festival literario en España dedicado al género.
Fue llevado a cabo en Barcelona y organizado por la periodista y gestora cultural Emma Quadrada. En octubre de ese mismo año hubo otro encuentro en la Biblioteca Collserola Josep Miracle de Barcelona, donde participaron Jesús Carrasco, Abi Andrews, Pilar Codony, Marina Porras, Joanna Pocock,
Rebecca June y Patrik Svensson.
Más recientemente, Gabi Martínez, reconocido escritor, guionista y periodista español, destaca por su compromiso con el festival Siberiana, ubicado en Tamurejo, Badajoz, que celebra su quinta edición este 2024.
Dicho evento se enmarca dentro del ambicioso proyecto de la primera reserva de biosfera La Siberiana de Badajoz, y busca la conversación sobre naturaleza y nuestra relación con ella desde la poesía, el periodismo de viajes, el arte sonoro, la ecología, la filosofía, entre otras disciplinas. Adicionalmente, Gabi
Martínez ha redoblado esfuerzos por medio de la coordinación de Liternatura, el Festival de Literatura de Naturaleza promovido por Bibliotecas de Barcelona.
Este encuentro reúne a autores locales e internacionales en un diálogo en torno a la literatura de naturaleza a través de presentaciones, conciertos, mesas redondas, charlas literarias, exposiciones y
espacios al aire libre.
En cuanto a América Latina, la presencia de este género ha ido llegando de a poco, puesto que incluso su nombre aún resulta desconocido para muchos. Sin embargo, trabajos como Fieras familiares o Un verdor terrible, del autor chileno Benjamín Labatut, van abriendo brecha para que la liternatura se expanda en uno de los idiomas más hablados del mundo occidental.
Por ejemplo, en 2023, se llevó a cabo el primer Festival de Liternatura en Honda (Colombia), un evento pionero en América Latina, coordinado por el gestor cultural Fernando Vicario. En la misma línea, para el año 2024, el Instituto Cervantes de Los Ángeles tiene previsto unirse a esta red de festivales que se expande en nuestro continente.
Además, vale la pena destacar que Andrés Cota y Jorge Comensal también están inmersos en la gestación de un festival análogo en nuestro país “Criaturas de la rivera tropical”, actualmente en vías de buscar financiamiento, contribuyendo así al florecimiento y consolidación de la liternatura.
Y dado que dicho género no se queda solo como un producto literario, sino que regresa a la humanidad que lo produce para ejercer en ella un cambio, cuanta más difusión haya, mayor será su efecto.
La liternatura, por lo tanto, se vuelve el arco de una espiral que regresa al punto de partida para, idealmente, no volver jamás. Si cumpliera su cometido conservacionista y la sociedad reconociera los múltiples problemas medioambientales que enfrentamos para revertirlos, entonces este género continuaría la curva trazada hacia delante, hacia un futuro en el que solo se exprese la conexión humana con la naturaleza.
Bibliografía
Branch, Michael P. “Nature Writing.” American History Through Literature 1870-1920.
Encyclopedia.com. nov. 2022.Web. 9 dic 2022. https://www.encyclopedia.com
Cota Hiriart, Andrés. Fieras familiares. Barcelona: Libros del Asteroide, 2022. Impreso.
Emerson, Ralph Waldo. Ralph Waldo Emerson. The Oxford Authors, Ed. Richard Poirier.
Monge, Emiliano. “Cienciatura”. El País. 20 jul. 2022. Web. 9 dic. 2022.
https://elpais.com/opinion/2022-07-20/cienciatura.html
Todorov, Tzvetan et al., comp. Garrido Gallardo, Miguel A. “El origen de los géneros”.
Teoría de los géneros literarios. Madrid: Arco Libros, 1988.
Paulina Morales Moreno nació en la Ciudad de México en 1993. Después de estudiar la licenciatura en Ciencias Físicas, reencontró su vocación en las letras. Actualmente ejerce como editora de libros de texto de Matemáticas. Es egresada de la Escuela de Escritores Ricardo Garibay, y actualmente estudia la licenciatura en Creación y Estudios Literarios del Centro Morelense de las Artes. Ha publicado en la revista Nagari de Miami y ha participado como autora en las antologías Así vas a morir: La máquina que predice tu muerte; Caleidoscopio de cuentos y Voces desde la misma nube. Próximamente publicará
su primer cuento infantil Rajiv, el elefante.
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