A través del tiempo los fenómenos eléctricos han fascinado e inspirado a la mente humana, con la demostración hecha hace poco más de 200 años por Galvani sobre la existencia de la electricidad animal, comenzamos a imaginar que los fenómenos eléctricos eran al mismo tiempo responsables del funcionamiento de la mente.
Llegar a la comprensión actual del cerebro y su funcionamiento, así como el reconocerlo como el centro del sistema nervioso, especializado en la adquisición y manejo de la información, ha requerido del trabajo de varias generaciones de neurocientíficxs. Los procesos fundamentales de la transmisión eléctrica y química de la información, entre los diferentes elementos celulares en el sistema nervioso, comenzaron a ser elucidados al final de la primera mitad del siglo pasado; esta es una historia fascinante que da cuenta de la naturaleza eléctrica de nuestros recuerdos, nuestra creatividad, de nuestro estado de ánimo, de nuestros sentimientos, y en general de todo eso que nos hace humanos.
En esta historia hay un brillante capítulo escrito por Ricardo Miledi, el científico mexicano que ha brindado las mayores aportaciones universales a las neurociencias. A través de una serie de estudios ya clásicos, Miledi logra obtener información altamente relevante en un evento fundamental para la comunicación neuronal, un evento muy breve, que por su naturaleza silente para la instrumentación de la época había resistido cualquier experimentación. Durante este breve evento se intuía que ocurría la acción de la maquinaria que permite la transmisión de información de una célula a otra, de ahí su importancia, la cual fue nombrada por Helmhotz “le temps perdu”, un nombre poético para un evento trascendental en el funcionamiento del sistema nervioso.
Acompáñanos a recordar la importancia de estos estudios de Miledi y de su electrizante contexto en las neurociencias, aderezado con algunos destellos de la vasta biografía de un neurocientífico universal.
Inicia la conversación:
Dr. Rogelio Arellano Ostoa, un entusiasta y asiduo asistente a las charlas de la Sociedad de Científicos Anónimos. Tiene entre sus logros ser un aprendiz de muchas profesiones, pero de ninguna de ellas puede ufanarse demasiado porque todas han sido heredadas y aun no llega al nivel de sus maestros, como él mismo dice, así que sigue tratando de ser un buen cocinero tradicional gracias a su abuela materna, y horticultor y carpintero por parte de sus abuelos. Resistió a la educación pública formal, pero no logró apagar una vena inquisitiva, gracias a ello puede seguir estudiando y realizar preguntas relacionadas con la comunicación celular en el cerebro en el Laboratorio de Neurofisiología Celular en el Instituto de Neurobiología de nuestra Universidad Nacional de Querétaro.
Lunes 29 de noviembre
7:00 pm
MOSER Cafe Kultur (dentro de la fábrica)
Av. Industrialización 4, Álamos 2nda secc., Querétaro, Qro.
ENTRADA LIBRE, AFORO LIMITADO
CONFIRMA TU ASISTENCIA AL 442 747 3057 VÍA WHATSAPP
USO DE CUBREBOCAS OBLIGATORIO
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Diseño: Fotógrafo y artista Asdrúbal Letechipía.
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